Cinco imprescindibles que no te pueden faltar si estás pensando en hacer el Camino de Santiago

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VIAJES GALICIA

17 ago 2021 . Actualizado a las 14:14 h.

El Camino de Santiago es una experiencia de fama mundial que cada año atrae a miles de visitantes que recorren una buena cantidad de kilómetros hasta llegar a Santiago de Compostela, donde pasan a saludar al santo apóstol que dio nombre a la ciudad.

Toma nota y ve sacando tus botas de senderismo porque, a continuación, te contamos los cinco imprescindibles del Camino.

Seguro de viaje

El Camino de Santiago es muy largo y pueden surgir muchas eventualidades, así que lo mejor que puedes hacer es estar bien cubierto. Empresas como Mondo Seguros y otras similares te van a proteger ante cualquier imprevisto que te pueda ocurrir.

Lo principal es contar con una buena cobertura médica, pero tampoco hay que descartar un seguro que te dé protección ante posibles robos.

Y esto no quiere decir ni que el Camino sea peligroso ni que esté lleno de amigos de lo ajeno, solo que es mejor estar preparados para lo que pueda pasar.

Botiquín de emergencia

Más allá de que decidas contratar un seguro de viaje o no, lo que no te puede faltar en la mochila es un botiquín de emergencia con el que poder subsanar pequeños problemas que te puedan surgir y que no revistan gravedad.

El botiquín debería tener los siguientes elementos:

  • Crema solar.
  • Crema antirrozaduras.
  • Tiritas.
  • Vendas.
  • Betadine.
  • Espray antimosquitos.
  • Gasas.

Bañador para refrescarte

El Camino de Santiago se puede recorrer en cualquier época del año, aunque lo ideal es hacerlo en primavera o en verano, ya que en otoño y en inverno el frío y la lluvia pueden endurecer demasiado la travesía.

Si eres de los que escoge el verano para recorrer las tierras gallegas, no olvides echar un bañador en tu mochila, ya que siempre podrás hacer una parada en el camino para darte un chapuzón en algún riachuelo o en la piscina municipal de alguno de los pueblos de paso o de llegada. Simplemente calcula si vas a poder cumplir con el horario que te hayas impuesto. Lo mejor es darte un remojón en la piscina de una localidad en la que vayas a hacer noche, eso te calmará las piernas y te dará una nueva motivación.

Y un último consejo: lleva solo un bañador. El Camino no es una pasarela de moda en la que lucir una prenda nueva cada día. Lo que prima son la comodidad y reducir el peso de tu mochila.

Jabón para lavar la ropa

La travesía puedes llegar a ser muy dura. Por lo general, y en especial cuando la ruta se adentra en las provincias gallegas, el terreno que hay que recorrer es del tipo rompepiernas, con muchas subidas y bajadas que suelen ser cortas, pero que también son escarpadas y con mucha pendiente, por lo que hay que tener una buena condición física para poder llegar a Santiago sin sufrir más de la cuenta. Como la ruta es dura y el esfuerzo acusado, es crucial que lleves poco peso en la mochila, de modo que no la llenes de ropa y lleva una pastilla de jabón con la que puedas ir lavando tus prendas. Ya verás como es una práctica muy habitual.

Credencial del peregrino

Hacer el Camino de Santiago de forma canónica exige que consigas la credencial del peregrino en la que irás estampando los sellos de los hostales y los establecimientos que van a certificar que estás cubriendo el recorrido sin saltarte etapas.

Puedes conseguir la credencial por un precio simbólico poniéndote en contacto con cualquiera de las Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago, en determinados albergues y parroquias, y en las cofradías del apóstol Santiago.

Cuando llegues al destino final, deberás dirigirte a la Oficina del Peregrino, donde comprobarán tu credencial y, si todo está correcto, recibirás la ansiada Compostela (aunque muchas personas la llaman la Compostelana). Para ello tendrás que haber recorrido una distancia determinada. Si vas a recorrer el Camino a pie, tendrás que caminar un mínimo de 100 kilómetros. Si lo haces en bicicleta, debes cubrir, al menos, 200 kilómetros. Si optas por ir a caballo, deberás recorrer 100 kilómetros o más.

La experiencia del Camino de Santiago

Más allá de las creencias religiosas de cada uno —o de la falta de ellas—, el Camino es un lugar de encuentro con uno mismo y con los demás.

La energía que se desprende es de positividad y todos los que participan están en sintonía con el espíritu del Camino. Los caminantes y los ciclistas que intentan llegar a Santiago se encuentran extremadamente abiertos a conocer gente, a establecer nuevas amistades y relaciones sociales. Algunas de las personas que conocerás en el Camino no volverán a tu vida, pero otras estarán ahí para siempre.

Además, todo el mundo está predispuesto a ayudarse entre sí, a dar lo que tiene para que el resto de peregrinos se sientan cómodos y disfruten de los días.

Todo el que acude al Camino de Santiago sale de allí encantado, hablando maravillas. Y no es extraño que muchos de los que lo han hecho vuelvan a repetir, ya sea probando una nueva ruta o haciendo la misma. Al fin y al cabo, el Camino es una experiencia divertida y placentera, que aporta recuerdos imborrables y que te pone en contacto con gente fantástica en un entorno natural de una gran belleza y diversidad. Pruébalo por ti mismo y verás como todo lo que has oído es cierto.