El río busca el Cantábrico encañonado entre montañas, formando intrépidos rápidos y una esplendorosa cascada, Auga Caída. El mirador de O Couce es buen testigo de ello. Y todo, con refugios de cuento de hadas
11 feb 2019 . Actualizado a las 12:27 h.A escasos kilómetros del esplendoroso Eume, entre As Pontes y Muras, en plena sierra de A Faladoira, nace el río Sor. Un torrente de agua que marca la frontera natural entre las provincias de A Coruña y Lugo y que, tras 49 kilómetros de desenfreno, desemboca en el mar Cantábrico formando la ría de O Barqueiro.
A medio camino entre la vida y la muerte, entre el concello coruñés de Mañón y el lucense de O Vicedo, el Sor se esconde bajo la falda de la Coriscada, formando un cañón propio de otro mundo. El mirador de O Couce acude como testigo a la cita. Un lugar privilegiado, en el que además hay un área recreativa con mesas, ideal para saborear la tranquilidad del entorno. También existe un antiguo refugio, además del propio mirador, desde el que el Sor se pone a los pies del visitante, con 50 metros de desnivel por el medio.
¿Bajar? Es posible. Y recomendable si se va con calzado adecuado y se tiene relativa costumbre a descender cuestas empedradas. A través de un desenfrenado zigzag, y siempre con la precaución de un recorrido que requiere cierta destreza en épocas de lluvia, se obtendrá el premio de disfrutar, además, del salto al vacío del río Seixo a los brazos del Sor, formando la fervenza de Auga Caída. Una delicia para los sentidos.
Una vez abajo, hay la opción de remontar el río por unos bonitos senderos, adornados por molinos, puentes y refugios (hay 12 kilómetros hasta la aldea de O Bispo, siguiendo la ruta PR-G 204). Pero para los menos andarines, otra buena opción es desplazarse en coche desde el mirador de O Couce al área recreativa de Ponte Segade (un trayecto de apenas diez minutos). Desde este punto se puede acceder a la zona de senderos mejor acondicionada del Sor. Imprescindible acercarse al refugio de Salustio (río abajo desde Segade), entrar y disfrutar de la compañía sentados alrededor de una mesa. Si proseguimos, tras cruzar Ponte Cubelas, encontraremos un segundo refugio, un antiguo molino de agua.
Si optamos por ascender el río desde Segade, alcanzaremos las riberas de O Bispo y una bonita pasarela de madera.