Hay elementos del paisaje que nos indican claramente que estamos en Galicia. Contemplamos cinco ejemplos para que nunca te pasen desapercibidos.
03 feb 2021 . Actualizado a las 17:00 h.Hay elementos del paisaje que nos hacen sentir en casa. Recorrer los caminos, avanzar por la carretera y ver sucederse los hórreos o los muros de los pazos, con sus cipreses y capillas, nos indican claramente que estamos de vuelta en Galicia.
Aunque pazos y hórreos no son los únicos que caracterizan las construcciones gallegas. Algunos otros elementos, como los cierres de las fincas, se encuentran protegidos como modelos de arquitectura popular de Galicia. Cada vez que recorras esta tierra, no dejes de observar cada detalle. Hoy contemplamos cinco ejemplos para que nunca te pasen desapercibidos.
Cruceiro
Cierto es que también existen en países como Francia, Alemania, Irlanda o Reino Unido, pero en toda Galicia la cantidad de este elemento de arquitectura popular es espectacular. Tanto es así que resulta difícil recorrer los caminos sin encontrar cruceiros cada pocos kilómetros. Estas cruces de piedra, elevadas sobre una columna y situadas sobre plataformas cuadradas de diversas alturas, se ubican en las encrucijadas o lugares que, en la antigüedad, eran objeto de culto.
Los miles de cruceiros gallegos se encuentran, sobre todo, en las provincias de A Coruña y Pontevedra. Uno de los más espectaculares es el cruceiro barroco de Hío, en Cangas do Morrazo (Pontevedra). Se localiza al lado de la iglesia de San Andrés y tiene esculpidos más de una treintena de personajes. Fue tallado en 1872.
Sequeiro
Típicos de la arquitectura popular gallega en Ourense y en Lugo, los sequeiros son construcciones edificadas para secar las castañas. Por ello, se dividen en una zona inferior para almacenar la leña con una lareira, donde se enciende el fuego, y una planta superior en la que colocar las castañas para que se ahumeen y sequen. Además, los sequeiros pueden utilizarse para almacenar las castañas que van a ser consumidas durante todo el año. Su ubicación -con frecuencia- se localiza junto a los ríos, cerca de las casas o en los bosques de castaños.
Pallozas
Junto con los hórreos, seguramente las pallozas sean las construcciones populares más conocidas de Galicia. Estas viviendas tradicionales se caracterizan por su forma circular o elíptica y los tejados de paja, por lo general de centeno. Puedes encontrarlas por zonas como la de Os Ancares, hasta llegar al Bierzo, y las más famosas se localizan en Piornedo, O Cebreiro y San Román de Cervantes.
Hórreos
Ya sean de piedra o de madera, los hórreos se suceden por las costas y las montañas de Galicia, con una clara finalidad agrícola, ya que se utilizan para guardar las cosechas. En su interior se almacena el maíz u otros cereales. Estas construcciones típicas del rural gallego se elevan sobre pilares, para evitar que entren los animales y su interior quede protegido de la humedad.
En las cuatro provincias podemos encontrar el típico hórreo gallego, el hórreo asturiano y el hórreo de corres. Entre todos ellos, los hórreos más famosos de la comunidad miran al mar en Combarro, crean paisajes de cuento en Os Ancares o compiten en longitud como los de Carnota, Lira y Araño.
Pazos
Los pazos eran las casas de la nobleza gallega y fueron construidos, en su mayoría, entre los siglos XVII y XIX. Constituyen uno de los mayores ejemplos de la arquitectura civil de la comunidad. Formando parte del conjunto de estas casas señoriales, es posible encontrar también varios elementos de arquitectura tradicional, como hórreos, palomares y cruceiros. Un dicho popular (que podemos escuchar con diversas variaciones por toda Galicia) enumera sus características a la perfección: «Casa grande, capilla, hórreo, muro, palomar y ciprés... pazo es».