Cinco tradiciones de la Navidad gallega

En Galicia, vivimos estos días de diciembre y de principios de enero como en el resto del país, sin embargo, también tenemos tradiciones propias. Repasamos algunas de ellas.


Pocos días faltan para que nos veamos inmersos en plenas fechas navideñas. Las cenas y comidas familiares, los reencuentros, los viajes de regreso a casa y los regalos son parte fundamental de esta época.

En Galicia, vivimos estos días de diciembre y de principios de enero como en el resto del país, sin embargo, tenemos algunos detalles que nos caracterizan. Ya seas de aquí o acudas a esta tierra a despedir el año, vale la pena recordar cinco tradiciones de la Navidad gallega.

1 Capón de Vilalba

Dende CC BY-SA 4.0

El domingo de diciembre anterior a Navidad se organiza en Vilalba (Lugo) la tradicional Feira do Capón. Lo típico es acudir a ella para comprar alguno de esos capones, que pueden alcanzar los 20 kilogramos de peso, para servirlo en la cena de Nochebuena o en la comida de Navidad.

Desde hace dos siglos existen referencias a la celebración de esta feria anual, cuya fama es ya internacional, y desde el año 2017 el Capón de Vilalba cuenta con la Indicación Geográfica Protegida para su comercialización. 

La zona geográfica tanto de cría, sacrificio y procesado de capones al amparo de esta denominación abarca los ayuntamientos de Muras, Xermade, Vilalba, Abadín, Pastoriza, Guitiriz, Begonte, Cospeito y Castro de Rei, en la provincia de Lugo.

2 Tizón de Nadal

En algunas zonas de Pontevedra y de la provincia de Lugo todavía se conserva una antigua tradición gallega conocida como Cepo o Tizón de Nadal, que tiene su origen en una tradición celta. Esta consiste en prender fuego en la chimenea o lareira a un gran tronco durante la Nochebuena. Pero la madera no se deja consumir por completo, sino que se retira cuando se haya quemado la mitad para guardar ese tronco el resto de año. Se dice que así actúa como objeto protector o amuleto del hogar, y que si se enciende los días de tormenta protegerá la vivienda de los rayos. Precisamente de este cepo navideño procede la costumbre de los troncos de Navidad, esos dulces de mazapán o de chocolate, típicos de estas fechas, que tienen tales formas.

3 Mesa de Navidad

Hay otra costumbre que todavía se conserva en muchas zonas de Galicia. El día de Navidad es típico que la mesa se quede sin recoger o sin limpiar, porque cuenta la tradición que los restos de la comida son para las ánimas de los difuntos de la familia que se acercarán durante esa noche. Además, durante la jornada, tampoco se debe de barrer la cocina, para evitar que se cuelen en ella las meigas.

4 Apalpador

Uno de los personajes más enternecedores de las leyendas gallegas es el Apalpador. Se trata de un gran hombre anciano, pelirrojo, carbonero y bonachón, que cada Nochebuena o noche de Fin de Año, según la región, acude a visitar a los niños gallegos mientras duermen y les palpa la barriga. El gesto lo hace para ver si están bien alimentados. Luego les deja un regalo: un montón de castañas. Esta tradición es propia, sobre todo, de las zonas de Os Ancares y O Courel.

5 Panxoliñas

Sí, los villancicos son típicos de gran parte del mundo, pero en muchos lugares de Galicia es posible encontrarse aún con la tradición de los grupos de niños y jóvenes que van de puerta en puerta, por las aldeas y los pueblos, cantando panxoliñas (villancicos) con sus panderetas y gaitas. A cambio, reciben algún tipo de aguinaldo. Lo más habitual para aquellos que siguen cuidando esta tradición es hacer ese recorrido en Nochebuena, Navidad, Fin de Año o Año Nuevo.

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