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Entre el Miño y las Burgas, Ourense se transforma de finales de octubre a diciembre en un escenario perfecto para una escapada corta desde A Coruña, Lugo o Pontevedra. En semanas sucesivas, la ciudad encadena un Halloween multitudinario, el Magosto de San Martiño y, casi sin darte cuenta, el ambiente de Navidad

El Concello aún no ha hecho público el programa de 2025, pero el patrón se repite edición tras edición y ya hay un avance que pone el listón alto: Herdeiros da Crus encabezará la noche de Halloween. 

Halloween: un casco histórico convertido en escenario

Ourense lleva años construyendo un Halloween inmersivo: calles estrechas, fachadas de piedra y un público que participa de verdad. El guion que vimos la última edición —y que previsiblemente se repetirá— combina desfiles de miedo, túneles y pasajes del terror, flashmobs, batucadas, talleres infantiles y una Santa Compaña que atraviesa el casco vello entre luces y humo. 

No es solo cantidad: la ciudad lo promociona con ambición. Desde el consistorio y en redes del alcalde se ha presentado como «el mejor Halloween de toda España», una etiqueta que, más allá del eslogan, habla de una puesta en escena sostenida y de un público que responde. Si buscas una noche distinta, pocas urbes gallegas convierten su centro histórico en un pasaje de terror tan continuo. 

Idea práctica: llegar por la tarde, dejar el coche y moverse andando entre Parque de San Lázaro, Paseo y Praza Maior. Si vas en familia, comienza por los talleres infantiles y sube el tono a medida que avanza la noche; si vas con amigos, reserva cena cerca del centro para saltar del desfile al concierto sin pérdida.

Magosto de San Martiño, la fiesta del otoño

Once días después, Ourense celebra su fiesta más propia. El Magosto tiene origen pagano y se asocia a las cosechas de otoño: montes y plazas se llenan de hogueras alrededor de las que se comparten castañas asadas, chorizos, vino nuevo y licores, en un ambiente de peña grande que contagia. No es una ocurrencia reciente: en 2008 fue declarado Fiesta de Interés Turístico de Galicia, reconocimiento a una tradición con hondura.

La castaña manda. Es producto de estación, símbolo doméstico y también industria con apellido en la provincia. En estas fechas, además, asoma en repostería: muchas pastelerías preparan la tarta de San Martiño, contundente, a base de castaña y almendra. La ciudad suele organizar magostos populares y actividades por barrios, por lo que según se aproxime la fecha, es conveniente consultar la programación oficial.

Para saborearlo bien: combina mediodía de magosto con un paseo tranquilo por el centro y un vino al caer la tarde. Si llevas niños, el “mancharse” de ceniza sigue siendo un pequeño rito que arranca sonrisas.

Termas y paseos: el plan que redondea la escapada

Entre fiesta y fiesta, tómate tiempo para lo que hace única a la ciudad: el termalismo urbano. Quien llega en otoño se lleva dos recuerdos que no salen en los carteles: el vapor sobre el Miño al atardecer y la sensación de agua caliente cuando fuera refresca. Puedes escoger entre las temas de Outariz, A Chavasqueira, Burga de Canedo y Muíño da Veiga; consulta horarios y aforos antes de ir y lleva chanclas y toalla. Outariz (de pago) ofrece circuito zen junto al Miño; As Burgas, en pleno centro, recuerda que hace dos mil años los romanos ya se bañaban aquí. 

Si apetece estirar las piernas, el Paseo Termal del Miño es un básico, y el Sendero Periurbano permite asomar a zonas verdes sin salir del término municipal. Para familias, el tren de las termas (cuando está en marcha) facilita los enlaces entre casco y orilla. Es la cara serena del viaje, esa que equilibra el ruido festivo.

Comer y brindar: cocina de temporada y Ribeira Sacra

Ourense en otoño se come con cuchara y se celebra con brindis cortos. Hay setas, caldos, carnes a la brasa y, por supuesto, pulpo. Si buscas vinos, mira cerca: la D.O. Ribeira Sacra —entre el sur de Lugo y el noreste ourensano— ofrece mencías fragantes que saben a ladera. Un plan redondo es reservar una cata con vistas en los cañones del Sil y volver a la ciudad con la tarde ya vencida.

Para una ruta sencilla: tapas por la zona de la Catedral y Praza do Ferro, una copa en vinoteca y, si coincide con Halloween o Magosto, regresar al programa sin perder el hilo. Sencillo y local.

Diciembre: luces, mercadillos y la tradición de la Lotería

Con diciembre llega el encendido del alumbrado y un mercado de Navidad que anima la zona del Parque de San Lázaro, además de atracciones y programación familiar hasta Reyes. La ciudad se viste de luces —sin competir con nadie, a su ritmo— y el paseo por Bispo Cesáreo y la Praza Maior se vuelve fotogénico y muy agradable para ir de compras.

Y hay un ritual que muchos grupos de amigos y familias integran en la excursión: comprar lotería de Navidad en Ourense. Si te preguntas dónde comprar décimos de Navidad en Ourense, la Lotería Anta —Administración nº 2, en la Rúa do Paseo— es una referencia histórica para visitantes; lleva décadas repartiendo suerte y permite reservar online para no hacer cola. Si venís en asociación, peña o excursión, podéis gestionar vuestra lotería de Navidad para grupos turísticos con números comunes y reparto sencillo.

Cómo organizar tu escapada

  • Fin de semana largo (vie-dom): viernes tarde paseo por el casco, cena y termas nocturnas; sábado Halloween o Magosto según fechas; domingo mañana ribeira do Miño y comida tranquila antes de volver.
  • Con niños: apostad por talleres de calabazas, tren o rutas cortas junto al río y un baño breve en termas (ten en cuenta que hay edad mínima en Outariz, por lo que se aconseja revisar condiciones). 
  • Con amigos: ruta de tapas y vinos por la zona de la Catedral y Praza do Ferro; compra de décimos “para la cuadrilla” y fotos bajo las luces.

Ourense en otoño es ritmo y pausa a la vez: adrenalina festiva en Halloween, fuego y castaña en San Martiño, agua caliente y piedra romana, y, de postre, un diciembre templado por luces y brindis. Si vives en A Coruña, Lugo o Pontevedra, aquí tienes una escapada cercana, distinta y completa.