Cuba: de la penumbra pandémica a la luz de La Habana

SERGI GARCÍA

VIAJES

02 jun 2021 . Actualizado a las 12:04 h.

Sin espacio para la duda, la isla de Cuba es uno de los lugares de destino que siempre copan el ránking de países turísticos alrededor del mundo. Un paraíso en cuya balanza se anivela el peso de su cultura viva y su incomparable paisaje. Tanto si nos adentramos en las Cuevas de Bellamar como si nos perdemos en las calles de Cienfuegos mojito en mano.

Un sueño al noroeste de las Antillas

Si hay algo de cierto entre la niebla de incertidumbre que ha traído la pandemia sobre nuestras vidas es el deseo de vivir. Pese al fin de algunas de las restricciones que más nos han sometido durante dicho período, la escasa libertad experimentada todavía nos sabe a poco. Razón por la que, lejos de acongojarse ante la posibilidad de nuevas olas y bajo la gracia de las vacunas, muchos planean ya su próximo viaje. Aunque aún un sueño a largo plazo, presentando una mayor tendencia por los lugares de destino más bien lejanos, dada la necesidad de desconectar de todo lo padecido llevando a cuestas la pesadísima situación de la Covid-19.

Sin abandonar jamás la tendencia anterior sobre ciertos objetivos por antonomasia del turismo de toda la vida, Cuba aparece en las búsquedas de muchos viajeros como una de las opciones más plausibles. Recordando que es preciso un visado Cuba para al fin visitar esta maravillosa isla desde España, un lugar de destino cuya balanza sostiene tanta belleza como ánimos de fiesta. Y es que Cuba goza de una identidad frenética de la que mana un espíritu incomparable, que tanto se abre paso por sus paraísos al son de un vívido impulso musical, como es capaz de sosegar la preocupación con la energía redentora de su paisaje.

Cuba: del Valle de Viñales a los Jardines de la Reina

Tratándose de una isla, no es de extrañar que Cuba goce de algunos de los paisajes más hermosos del mundo. Contando con atmósferas de todo tipo, a menudo es difícil discernir entre qué rincón, boscoso o marítimo, infunde más respeto. Y es que Cuba, además de contar con un agua cristalina que acuña mágicos espacios como la playa del Varadero o de Guardalavaca, cuenta también con hermosos paisajes de interior como el Valle de Viñales o las cascadas de El Nicho. Un enclave tropical que, además de la picadura de algún que otro mosquito y la frescura de un mojito inundando nuestra boca, augura tours individuales de gran riqueza.

Aunque, en realidad, no todo está sobre el nivel del mar, ya que Cuba guarda también lugares relativamente secretos que vale la pena descubrir para incrementar el asombro. Tomando así como ejemplos las Cuevas de Bellamar, las más famosas de la isla, pero también la oportunidad de hacer submarinismo en la cueva de Vara. Uniendo a ésta última, si nuestra preferencia es más de mar que de tierra como tal, la obligatoria visita del arrecife de los Jardines de la Reina. Un entorno casi alienígena donde la fauna submarina, del tiburón a las anémonas, nos transportarán a un estadio superior de disfrute. Porque si algo entiende de transversalidad es la lindura de Cuba.

El alma urbana se detiene, pero la vida sigue

Además de sus sorprendentes e impecables paisajes, la mayoría de viajeros que han tenido la oportunidad de visitar Cuba destacan en especial su intemporalidad. Un rasgo que no sólo obedece a sus reconocidas casas de colores separadas por una calzada de piedra vieja, sino también a su arquitectura contraste de muchas herencias. En parte debido a la colonización, también a su política mediante la que es posible encontrar desde coches norteamericanos de los setenta a contenedores de basura de Barcelona, las calles de Cuba son, sin duda, un reflejo del pulso de su pueblo. Un alma que, con tesón, avanza sin apenas muro de contención hacia el amanecer de su idiosincrasia.

Es prácticamente imposible no permanecer horas sumido en el embelesamiento al recorrer las calles de La Habana Vieja, Viñales o Cienfuegos. Casi detenidas en el tiempo, concurridas por una población que, pese al estigma de su tranquilidad, o incluso de su parsimonia, rinde tributo a la vida en cada movimiento. De hecho, los matices de su estilo de vida son uno de los motivos por los que muchos turistas, declinando la opción de pernoctar en un lujoso hotel, optan por hospedarse en hogares cubanos. Una experiencia de inmersión cultural que marca un antes y un después en el modo en que enfrentamos los viajes.

La Covid-19 en Cuba: tras el visado, PCR y cuarentena

Aun a pesar de cuán complejos puedan parecer ciertos trámites burocráticos, solicitar visado para Cuba es una tarea francamente sencilla. Contando con plataformas como VisaTurismo especializadas en la obtención de visados electrónicos, basta con acceder a la web, completar un formulario que, tras su revisión y si todo está en orden, será resuelto con la obtención del documento. En este caso, contando con la facilidad de solicitarlo vía online y contando con distintas ventajas que van desde su recuperación por correo electrónico en caso de pérdida, hasta la corrección de errores gratuita en la aplicación. En suma, un procedimiento rápido, fácil y cómodo.

Dado el contexto actual, claro está, un proceso no exento de otros requisitos. Como bien informa el Ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno de España, y dada la continua situación pandémica, viajar a Cuba exige de someterse a una prueba PCR de pago a la llegada al aeropuerto. Además de una segunda prueba que se llevará a cabo durante una fase de cinco días de cuarentena en un hotel tras la que, en caso de dar negativo, se permitirá finalmente el acceso a la isla. Recordando también la obligatoriedad de portar mascarilla y, sobre todo y en imperativo, superado el test y con total seguridad, no olvidarse de disfrutar de Cuba.