Aunque las medidas preventivas frente al coronavirus mantienen cerrados algunos de los espacios más populares de la Ruta de las Camelias, este arbusto es común en decenas de jardines. El turismo ligado a este arbusto es otra forma de fomentar el desarrollo rural que promueve la PAC
27 feb 2021 . Actualizado a las 15:13 h.Florecen en invierno. Ahora que faltan solo unas semanas para la primavera están en su mejor momento. Aunque el coronavirus haya impedido que algunos de los grandes jardines de camelias de la comunidad abran al gran público, basta con darse un paseo por el rural gallego para disfrutar de una especie que llegó del Lejano Oriente para quedarse. Y se quedó porque en esta parte del oeste de la Península ibérica este arbusto halló un clima ideal en el que florecer. Y tanto al hacer un recorrido por las distintas Rutas de la Camelia que van parándose en pazos con el de Mariñán o el de Oca como al perderse en los jardines de la Alameda compostelana o en el parque do Castro, en Vigo, o solamente al dar un pequeño paseo por cualquier área rural entre casas de labranza puede disfrutarse de este arbusto oriundo de Japón y que, más allá de tener un uso ornamental como bien sabían los nobles gallegos que lo introdujeron en sus jardines, es un arbusto cuyas hojas se usan para hacer té. La camelia se ha convertido además en Galicia en un polo de atracción y turismo en zonas urbanas, pero también en áreas rurales donde se combina esa actividad con la degustación de vinos de la denominación de origen Rías Baixas u otros manjares producidos en las granjas de proximidad. De esa forma la camelia es también una forma de contribuir al desarrollo local que promueve la política agraria común (PAC), potenciar la economía de las áreas rurales con el consecuente asentamiento de población en esos pueblos que respiran a la sombra de este arbusto.
Puede que ahora se pregunten cuáles son los mejores lugares para disfrutar de las camelias en la antesala de la primavera. Hay muchas alternativas. Desde las que paran en la Alameda de Santiago, donde pueden encontrarse en el Paseo de la Ferradura algunos de los 66 ejemplares de camelia japónica más antiguos de la ciudad, o el compostelano Pazo de San Lourenzo, donde hay variedades del XIX, al pazo de Santa Cruz de Ribadulla, en Vedra; el pazo de Oca o las camelias de los distintos pazos de la comarca de O Salnés. Al ser tantas las paradas que podrían hacer les hacemos una propuesta: el Castillo de Soutomaior. ¿Por qué? Porque hay más de 400 ejemplares de camelias, 18 de ellos centenarios o porque, como dicen en la web de turismo de Rías Baixas, «este paraíso botánico reconocido como Jardín de Excelencia Internacional en Camelia desde 2012 fue el primero de España en lograr el reconocimiento». En esa misma web explican como «más de medio millar de camelias entre las que destacan la camellia japónica de mayor perímetro de Galicia y la más longeva de un parque donde los arbustos florecen junto a castaños milenarios. Con todos ellos presiden el espacio especies de árboles como la araucaria de Neuquen, la secuoya, el ciprés de los pantanos, el abies pinsapo, el ciprés de Monterrey u otras especies procedentes de los cinco continentes». Para llegar al castillo no hay más que acercarse hasta el concello de Soutomaior. Además, permanece abierto al público. El paseo por los jardines donde están las camelias es gratuito e incluso sábados o domingos hay un paseo guaido a las 12 del mediodía. Para entrar al castillo hay que pagar entrada, pero todo está perfectamente descrito en su página web.
El problema es que las medidas de prevención del coronavirtus covid-19 no permitan los desplazamientos o que, por esa razón, el día en que elijan ir el castillo esté cerrado. Entonces, les proponemos un juego. Dar un paseo por su concello para identificar qué clase de camelia van encontrando a su paso. Aquí van algunos de los tipos más comunes: Las camelias de flor simple se distinguen entre 5 y 8 pétalos alrededor del botón central. Los estambres, en este tipo de flor, son muy vistosos. Las semidobles tienen unas flores de más de ocho pétales; la doble incompleta tiene tantos pétalos que solo pueden verse los estambres de vez en cuando; la doble completa nunca deja sus estambres a la vista; la anémona debe su nombre a ese animal, y las peonías parecen un pompón.Con estas pequeñas directrices pueden jugar a identificar camelias. Son muchas, variadas. Todas bellas.