Aprender español en España: un viaje de inmersión total

La Voz PATROCINADO

VIAJES

La demanda para aprender el idioma se dispara y las opciones que hay para estudiarlo en nuestro país no pueden ser más apetecibles

03 dic 2019 . Actualizado a las 09:00 h.

El idioma español está de moda y cada vez es mayor el interés por aprenderlo in situ. Desde hace un tiempo, la gente se siente atraída cada vez más por la inmersión cultural gracias al interés no solo por la lengua sino porque todo lo que rodea a la cultura española despierta pasiones: nuestras costumbres, nuestra forma de relacionarnos, las opciones de ocio y, cómo no, por la calidad de vida que hay en el país.

A la hora de elegir una escuela de español en Barcelona se presenta como un destino atractivo en el que disfrutar de una inmersión cultural total y que, al mismo tiempo, es un punto de encuentro ideal para jóvenes de diferentes nacionalidades por todo lo que ofrece la propia ciudad condal como todo su entorno, las playas y el potencial turístico, cultural, artístico y gastronómico.

Prueba de que el español está creando tendencia es su creciente uso a nivel mundial. Unos 580 millones de personas hablan español en el mundo, lo que equivale al 7,6% de la población mundial. De esos 580 millones, 483 son hispanohablantes nativos, tres millones más que hace un año, lo que convierte al español en la segunda lengua materna del mundo solo superada por el chino mandarín. A su vez, es la tercera lengua más utilizada en internet después del inglés y del chino. La demanda para aprenderlo se refleja en las cifras: lo estudian casi 22 millones de personas en 110 países y su crecimiento en Internet es imparable -92% en España y un 65,8% en los países hispanohablantes-.

Hace algunas semanas, durante la presentación del Anuario “El español en el mundo 2019” del Instituto Cervantes, su director, Luis García Montero, manifestó que “enseñar un idioma es mucho más que enseñar un vocabulario, es compartir unos valores y mostrar una cultura de identidades abiertas y valores democráticos”. La diversidad no es una amenaza, sino todo lo contrario, reflexión que la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, lanzó en la presentación del Anuario apelando a que la comunicación y el entendimiento entre los hablantes no deberían usarse como “armas de destrucción”, sino como una llamada a la necesidad del diálogo y la escucha hacia los demás.

La comunicación como método de aprendizaje

¿Qué aporta aprender un idioma como el español? La comunicación, claramente, tiende puentes y consigue crear un entendimiento mayor culturalmente hablando. Romper las barreras idiomáticas, y más tratándose de una lengua tan hablada, ayuda a la unión y la tolerancia entre poblaciones y esa es precisamente la filosofía que practican escuelas como Expanish en Barcelona, donde han abierto su segunda sede tras la ya existente en Buenos Aires.

¿Cómo lograr que la experiencia de aprender un idioma sea plena? La respuesta es clara: viajando a un país donde se hable para que se produzca una inmersión completa en la cultura y con la gente local. Desde Expanish pueden presumir de propiciar estos intercambios, ya que además de impartir sus cursos de español ofrecen actividades gratuitas todas las semanas ?visitas culturales, rutas gastronómicas, mesas redondas…- y ponen a disposición de los estudiantes una red de alojamientos que abarcan desde familias españolas a pisos compartidos para que la inmersión sea una auténtica experiencia 360.

La premisa que gira en torno a los centros especializados en inmersión cultural es que “en la escuela, se habla únicamente español”. Cumplirlo ayuda a una práctica constante y más ágil, además de convertirse en el idioma común dentro de la comunidad tan diversa que se genera cuanto a culturas y lenguas dentro de un mismo espacio. Los profesores están capacitados para llevar adelante la modalidad de aprendizaje comunicativo haciendo sentir cómodo desde al alumno más principiante como a los más avanzados. Esto garantiza una evolución rápida del aprendizaje, especialmente para los recién llegados.

Un viaje no es lo mismo que una inmersión cultural, donde el trato personalizado es una de las máximas. Llegar a pleno barrio de l’Eixample en Barcelona, que te llamen por tu nombre, sentirte tan acogido que quieras pasar las horas libres en las instalaciones o el olor a palomitas durante los recreos son detalles que ayudan a que uno se sienta cómodo y, al fin y al cabo, como si estuviese en casa.