Hoy nos fijamos en extensiones únicas de arena, exóticas y hermosas, que merecen ser tenidas en cuenta por los viajeros y que entusiasmarán especialmente a los aventureros.
07 mar 2019 . Actualizado a las 13:23 h.Cuando hablamos de paisajes espectaculares es frecuente pensar en marinas, ya sea con mar embravecido o playas paradisíacas, frondosos bosques y bellos ríos, y a menudo olvidamos las extensiones de arena que, ya sea junto a playas o en desiertos de interior, resultan tan exóticas como hermosas.
Reparamos hoy en ellas para conocer algunas de las dunas más espectaculares del planeta, las cuales constituyen destinos increíbles que no siempre son tenidos en cuenta por todos los viajeros pero que, a los aventureros, de seguro les entusiasmarán.
Dunas de Tatón
La considerada como la duna más alta del mundo se encuentra en Argentina. En la provincia de Catamarca, en el Bolsón de Fiambalá, cerca de Tatón, se alza la duna Federico Kirbus, que llega a los 1230 metros de altura. Se encuentra junto con el resto de las conocidas como dunas de Tatón, que constituyen un destino ideal para los apasionados del sandboard.
Para asombrarse ante otra de las dunas más altas del planeta hay que seguir en América del Sur. Se trata de la duna Grande o cerro La Marcha, a unos 25 kilómetros de Nazca, en pleno departamento de Ica (Perú). Este es otro de los destinos predilectos para aquellos aficionados al sandboard extremo.
Dunas de Namibia
En el desierto de Namibia encontrarás otras de las dunas más altas e increíbles del planeta. El lugar más espectacular y que atrae a mayor número de turistas es el salar Sossusvlei, en el Parque Nacional de Namib-Naukluft, que se encuentra rodeado por elevadas dunas de arena roja. Entre ellas se alza la Duna 7, con sus 380 metros, así como la famosa Duna 45, que ofrece unos atardeceres de ensueño. Si viajas hasta aquí, podrás hacer rutas en el desierto, practicar sandboard u observar este espectacular paisaje subido en globo aerostático.
Monumento Nacional de las Arenas Blancas
En Estados Unidos se localiza el Monumento Nacional de las Arenas Blancas, a unos 25 kilómetros de Alamogordo, en Nuevo México. Ocupa un total de 710 kilómetros cuadrados y la espectacularidad del lugar se debe a ese color blanquecino de sus dunas, ya que sus arenas están formadas por cristales de yeso.
Duna de Pilat
En Francia se encuentra la duna más elevada de Europa: la duna de Pilat, con más de 100 metros de altura. Se localiza junto a un hermoso y frondoso pinar en Aquitania, y se extiende por casi tres kilómetros de costa. También conocida como duna de Pyla, este lugar único, en la bahía de Arcachon, es uno de los destinos turísticos imprescindibles de la zona.
Cerro Dragón
Si por algo impresiona el Cerro Dragón es por asomarse junto a una ciudad que parece que va a ser engullida en cualquier momento. Y es que esta es la duna urbana más grande del planeta. Se encuentra en Iquique (Chile), junto a la localidad de unos 150.000 habitantes y con alrededor de 4 kilómetros de largo.
Parque Nacional dos Lençóis Maranhenses
Las dunas del Parque Nacional dos Lençóis Maranhenses, en Brasil, ofrecen uno de los espectáculos más bonitos de la naturaleza del país. Este ecosistema formado por campos de dunas, manglares y restinga conforman un entorno único. Puedes bañarte en las lagunas de agua dulce que salpican el sistema dunar. Muchos son los turistas que cada año se acercan a conocerlo y disfrutar de las rutas de senderismo, del baño y de las actividades de aventura.
Dunas de Tottori
En la zona costera de la ciudad de Tottori se localizan las dunas de arena de Tottori (Japón), dentro del Parque Nacional Sanin Kaigan, y junto a la desembocadura del río Sendai. Declaradas Monumento Natural en el año 1955, constituyen uno de los lugares más turísticos de la prefectura. Cerca de ellas se encuentra el Museo de Arena de Tottori, con espectaculares esculturas de arena que asombran a todo aquel que lo visita.
Rubjerg Knude
Si hay un entorno dunar único y mágico en Europa es en el que se encuentra el Rubjerg Knude, un faro abandonado en la isla de Vendsyssel-Thy, en Dinamarca. Se construyó a finales del siglo XIX, a 60 metros sobre el nivel del mar, pero el viento y las tormentas provocaron que las arenas siguieran acumulándose y sus dunas continuaran creciendo, de manera que en 1968 ya ni siquiera se veía la luz de su linterna. En el año 2002 las dunas terminaron por enterrar algunos de los edificios anexos al faro. En la actualidad, la duna ronda los 100 metros de altura.