Descubre las danzas ancestrales de Cangas

SILVIA PATO

VIAJES

Danza de San Sebastián de Aldán
FlickrSeptem Trionis CC BY 2.0

Hoy te invitamos a descubrir en las Rías Baixas las danzas ancestrales de Cangas, catalogadas como Fiestas de Interés Turístico de Galicia.

09 ene 2019 . Actualizado a las 17:04 h.

Quien asiste a cualquier celebración, feria o fiesta gallega no solo descubre  la buena gastronomía y hospitalidad de las gentes de esta tierra, sino también su música y sus bailes. Entre estos últimos, Cangas (Pontevedra) puede presumir de contar con danzas ancestrales de tal relevancia que han sido declaradas de Interés Turístico de Galicia.

Así que hoy te invitamos a descubrir las danzas ancestrales de Cangas, con centenares de años de antigüedad, que se organizan de forma anual en los meses de enero, agosto y septiembre.

Danza de San Sebastián 

Danza de San Sebastián de Aldán
Flickr / Septem Trionis CC BY 2.0

Cada año, el 20 de enero, se celebra la Danza de San Sebastián en Aldán.  Este ancestral baile, del que se tiene constancia documental desde el año 1678, tiene lugar ante el santo, en el atrio de la iglesia de San Cibrán de Aldán, después de la misa solemne, y se repite por la tarde.

El grupo de danzantes está formado por diez galanes, cinco damas y un guía. Los bailarines se inclinan ante las imágenes religiosas en varias ocasiones, dirigidos por el guía, y bailan al ritmo de la gaita y el tamboril, para finalizar con una muñeira. Sin duda, uno de los detalles que más llama la atención en la Danza de San Sebastián son las ropas que visten quienes intervienen en ella. Los galanes llevan un traje con camisa blanca, corbata, zapatos de suela, sombrero y una banda cruzada sobre el pecho, además de las castañuelas que tocan mientras bailan. Las damas, por su parte, visten enaguas blancas con puntillas, un mandil negro con pedrería de azabache y camisas bordadas. Sobre los hombros, lucen hermosos mantones de Manila y un sombrero de paja, adornado con motivos florales y largas cintas de colores, cubre su cabeza.

Danza de San Roque 

Cruceiro de Hío
Wikimedia / farrangallo CC BY-SA 3.0

Cada 16 de agosto se organiza otra danza ancestral en Cangas: la Danza de San Roque de O Hío, que se baila junto al famoso Cruceiro do Hío, la iglesia de San Andrés y la Casa Rectoral. También conocida como Danza de los Peregrinos, se celebra desde el siglo XIV, en muestra de agradecimiento al santo por la curación de la enfermedad de la peste que se propagó en la comarca por aquel entonces, aunque otros afirman que tiene un origen griego y algunos más dicen que surgió como imitación de los bailes que realizaba la nobleza. 

Para poder ser bailarín en esta danza ancestral es imprescindible ser natural de Hío. El número de danzantes es fijo y se compone de diez galanes, cinco damas y el guía (mordomo). Curiosamente, las damas no son mujeres, sino jóvenes vestidos con atuendo similar a San Roque, con una capa y el típico sombrero del peregrino. 

El baile se divide en dos partes: la Danza, que tiene lugar cuando San Roque sale en procesión, y la Contradanza, cuando el santo vuelve a la iglesia. Por la tarde, se repiten los bailes, y la jornada de actos llega a su fin con las conocidas subastas  o pujas de gallos, hortalizas y plantas.  

Danza y Contradanza de Darbo

Danza e Contradanza de Darbo
Wikimedia / Rubén Bastón CC BY 2.0

La tercera de las danzas ancestrales que puedes descubrir en Cangas es la Danza y Contradanza de Darbo, que tiene lugar cada 6 de septiembre. Su origen se remonta al siglo XVI, en agradecimiento a los favores otorgados por la Virgen a lo largo de todo el año.

Los participantes son diez galanes, cinco damas, un gaitero y un tamborilero, dirigidos por el guía, que es el encargado de marcar los tiempos de la Danza y de la Contradanza. Ellos visten el traje tradicional gallego y largos pendientes; ellas llevan enaguas y faldas blancas con anchas puntillas, mandiles negros, camisas y un paño de cachemira. Las damas también cubren sus cabezas con sombreros de paja adornados con flores naturales, que preparan horas antes de la actuación y llegan a alcanzar hasta 30 centímetros de altura.

El baile se celebra ante la imagen de la Virgen, en el atrio de la iglesia de Santa María, después de los oficios religiosos y de la procesión alrededor del templo, y se repite por la tarde.