Tras los pasos de la emigración gallega en Estados Unidos

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Nueva York
Nueva York

Un viaje a Estados Unidos diferente, siguiendo los pasos de nuestros emigrantes, recorriendo esos lugares a los que un día llegaron, donde poco a poco se asentaron y, con el paso de los años, algunos fueron echando raíces

26 jul 2018 . Actualizado a las 17:24 h.

Si algo nos ha caracterizado a los gallegos a lo largo de los tiempos es que hemos sido siempre un pueblo emigrante. Y allá donde vamos, dejamos huella. En cualquier lugar del mundo, por muy remoto que sea, siempre encontramos el rastro de nuestros antepasados.

Estados Unidos es un destino en auge gracias a los precios cada vez más competitivos de las diferentes aerolíneas y al valor del dólar. Lo que antes era un lujo al alcance de unos pocos, es ahora un destino más, casi al alcance de cualquier bolsillo. Por menos de 400 euros, podemos viajar en varias fechas a Nueva York desde cualquiera de los aeropuertos gallegos, siendo el de A Coruña el que generalmente suele ofrecer opciones más interesantes.

España es miembro del Visa Waiver Program, por lo que los trámites para entrar en el país como turista son muy sencillos, basta con un tener el pasaporte vigente y solicitar la autorización de viaje ESTA online al menos 72 horas antes de iniciar el viaje.

Son muchos y bien conocidos los innumerables atractivos de la Gran Manzana, pero si llegados a Nueva York nos inunda la morriña, en el Restaurante Tomiño podremos disfrutar de un pulpo á feira regado con un buen vino de la tierra, unas filloas y hasta un café con unas gotas de aguardiente de caña. Inaugurado hace poco más de un año por los hermanos González, hijos de emigrantes gallegos, el Tomiño, con la reconocida santiaguesa Lucía Freitas en los fogones, se ha hecho rápidamente un hueco en el refinado paladar de los neoyorkinos. ¿Un dato curioso? Su localización, en el barrio de Little Italy.

Nueva York
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Mucho más antigua es la Casa Galicia, en el barrio de Queens, asociación cultural fundada en 1940, que todavía sigue funcionando con un nutrido grupo de socios pertenecientes a diferentes generaciones.

 Si no es nuestro primer viaje a USA y queremos pasar un día diferente pero no somos amantes de las visitas convencionales o si somos de esos a los que nos cuesta salir de casa sin echar de menos lo nuestro, siempre es interesante descubrir el legado que nuestros emigrantes han dejado por estas tierras.

No tendremos que ir muy lejos, apenas media hora en tren desde Manhattan, para encontrar “nuestro barrio”, Little Galicia, en Newark (New Jersey), famoso -como no podía ser de otra manera- por sus bares y restaurantes.

No se sabe a ciencia cierta cuántos gallegos llegaron a vivir en la zona, aunque se cree que el número llegó a superar los diez mil en los años 60 y 70, años cumbre de nuestra emigración. Con el paso de los años, ya poco queda de aquello; los más afortunados volvieron a Galicia y otros, al mejorar su situación económica, se fueron mudando a otros barrios. Little Galicia es cada día más pequeña y la emigración latinoamericana ha ido sustituyendo a la gallega. Los pocos gallegos que quedan de aquella época se reúnen en el “Centro Orensano”.

Lo único que parece sobrevivir a ese éxodo son los restaurantes. Varias panaderías ofrecen aún empanada gallega y es fácil dejarse caer por un bar y poder disfrutar de una Estrella Galicia con su correspondiente tapa.

Satisfecha la curiosidad y finalizado el recorrido, podemos dejar la morriña a un lado y, como hicieron en su día nuestros emigrantes, dejarnos llevar por el sueño americano y disfrutar de la gran ciudad mientras nos comemos una hamburguesa o un hot dog en cualquier puesto callejero.