Lugares que nos recuerdan la emigración gallega
Recorremos esos lugares que nos recuerdan la emigración gallega y que han provocado que existan numerosos centros gallegos por el mundo.
Durante el siglo XIX y el siglo XX, la emigración gallega alcanzó unas cifras elevadísimas. Los gallegos partieron para buscar un futuro mejor en otros horizontes, y muchos regresaron habiendo hecho fortuna, mientras que otros permanecieron allá donde los acogieron y echaron raíces.
Hoy recorremos algunos de esos lugares que nos recuerdan la emigración gallega y que han provocado que todavía suenen las gaitas y encontremos centros gallegos por muchos países del mundo.
1 Buenos Aires
El principal país de acogida para los gallegos que de aquí partieron fue Argentina. En 1910, los gallegos representaban un 10% de la población de Buenos Aires, y en la actualidad, sigue siendo el país extranjero con mayor número de ellos. Por tales motivos se la conoce como «la quinta provincia gallega».
En la capital de Argentina, encontramos instituciones tales como el Museo de la Emigración Gallega y el Centro Gallego de Buenos Aires, cuyos orígenes se remontan a 1907. Este último cuenta con el conocido Panteón del Centro Gallego, inspirado en la Colegiata de Santa María del Sar (Santiago de Compostela), en el cementerio de la Chacarita. Decorado con lo cuatro escudos de las provincias de Galicia, cuando se construyó, se enterraron en él cuatro cofres en los que se depositó tierra de cada una de ellas.
2 La Habana
El otro país, además de Argentina, en el que más gallegos dejaron su impronta fue Cuba. Los emigrantes arribaron al puerto de La Habana, procedentes de Vigo, durante el siglo XIX. Allí se puede admirar el Centro Gallego y Gran Teatro de La Habana, en el que se estrenó el Himno gallego, un 20 de diciembre de 1907. En la actualidad es sede del Ballet Nacional de Cuba.
3 México D. F.
Algunos de los gallegos que llegaron a La Habana partieron tiempo después para México y Estados Unidos. En aquel país, la cultura gallega se preserva y difunde desde 1911 a través del Centro Gallego de México, que organiza diversas actividades para sus socios.
Curiosamente, en Puebla de Zaragoza yace un gallego: el religioso franciscano Sebastián de Aparicio, que nació en 1502 en A Gudiña (Ourense) y falleció en aquella localidad mexicana en el año 1600. Muchos devotos acuden a la iglesia donde se encuentran sus restos, en una urna con paredes de cristal, para venerarlo.
4 Nueva York
Durante los años veinte se creó en Union Square, en Nueva York (Estados Unidos), el primer centro gallego fundado por los emigrantes, pero la crisis provocó que desapareciera. En 1940, cuando Alfonso Castelao (1886-1950) estaba exiliado en Nueva York, antes de que partiera para Buenos Aires, comenzó a proponer en las tertulias crear un lugar en el que los gallegos pudieran reunirse y disfrutar de su cultura. Castelao marchó a la capital argentina, pero sus palabras sirvieron de inspiración a aquellos que lo escucharon.
Así nació la Casa Galicia (Unity Gallega) y cuando Castelao regresó a la Gran Manzana, en 1946, fue nombrado socio honorario. La Casa Galicia sigue existiendo en la actualidad con numerosas actividades, además de contar con coro, rondalla, grupo de baile gallego ybanda de gaitas.
5 Suiza
Durante los años cincuenta del siglo XX, los gallegos partieron a Suiza para trabajar en las fábricas, cuando Europa estaba en proceso de reconstrucción después de haber superado la Segunda Guerra Mundial. El choque cultural en esta ocasión para los emigrantes fue bien distinto al que vivieron todos aquellos que anteriormente habían cruzado el charco.
En 1973, un grupo de emigrantes gallegos creó la Irmandade Galega Na Suiza, con la finalidad de apoyar a sus paisanos y desarrollar todo tipo de actividades con el eje central de la cultura gallega. En la actualidad, esta asociación cultural, social, recreativa y deportiva cuenta con 316 socios, 302 de los cuales son gallegos. Hoy por hoy, el gallego es la quinta de todas las lenguas extranjeras que se hablan en el país.
Comentarios