Diez rincones para descubrir Las Palmas de Gran Canaria

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El colonial barrio de Vegueta, declarado Conjunto Histórico Artístico en 1973, es uno de los rincones que no puedes perderte. Lugar ansiado por los piratas de otros siglos y escenario en el que se instaló el primer mercado de abastos de la ciudad en 1787, convierten este entorno en un lugar fascinante para el viajero.

En su casco histórico podrás visitar su abundante patrimonio arquitectónico como la ermita de San Antonio Abad, la iglesia de San Agustín, la Catedral de Santa Ana y las Casas Consistoriales, al igual que museos como el Centro de Arte Contemporáneo, el Museo Diocesano de Arte Sacro, el Museo Canario, San Martín Centro de Cultura Contemporánea y la Casa de Colón.

En el barrio de Vegueta destaca la Casa de Colón, que alberga un museo, centro de estudios y biblioteca, especializado en la investigación y difusión de la historia de Canarias, y que fue inaugurado en 1951.

Al antiguo edificio del siglo XV, que albergaba la Casa del Gobernador, se le anexionaron durante la citada década de los cincuenta, algunas viviendas colindantes de entre los siglos XVIII y XX, que configuraron el que se puede visitar en la actualidad, de manera que ocupa toda una manzana del casco histórico. Sus exposiciones muestran materiales de arqueología precolombina, piezas barrocas americanas, pintura flamenca, etc.

La plaza de Santo Domingo, también en el barrio de Vegueta, fue levantada en 1841. En ella puedes visitar la Iglesia de Santo Domingo, que formaba parte del antiguo convento dominico dedicado a San Pedro Mártir. Además de la iglesia, se conserva el claustro del convento, en la actualidad, en la Casa de Colón.

En este paseo por el barrio de Vegueta, vale la pena detenerse en la plaza de Santa Ana, la primera plaza mayor de la ciudad, cuyo origen se remonta a principios del siglo XVI. A su alrededor, el conjunto monumental que te encontrarás incluye el Palacio Episcopal, el Archivo Histórico Provincial, la Catedral y las Casas Consistoriales.

Antes de abandonar el centro histórico, se debe visitar la plaza de San Agustín, con la iglesia del mismo nombre, del siglo XVIII. Pertenecía al antiguo Monasterio de San Agustín, cuyo edificio alberga en la actualidad la sede del Colegio Oficial de Abogados de Las Palmas.

En la zona limítrofe entre el barrio de Vegueta y el de Triana, se localiza el Gabinete Literario, un edificio de grandes ventanales, torres y cúpulas, tan características de mediados del siglo XIX, que convierten su fachada en una de las más bonitas de la ciudad. En él se organizan exposiciones a lo largo de todo el año. Además, también cuenta con restaurante, terraza y salones para diversos eventos.

Cuando la ciudad se expandió desde Vegueta hacia la vega de Triana, nació el barrio del mismo nombre que constituye una de las zonas comerciales con más vida de toda la ciudad. En 1993, el barrio de Triana fue catalogado como Conjunto Histórico y Bien de Interés Cultural, en el que destacan sus edificios modernistas. Si hay una calle por la que pasearse en este entorno, y disfrutar de sus tiendas, heladerías y cafeterías, es la calle Triana, la calle comercial más antigua de Las Palmas de Gran Canaria.

En el centro de Las Palmas se sitúa el conocido como barrio de los ingleses o Ciudad Jardín. Tiene su origen en la presencia británica que, durante el siglo XIX, se instaló en la región. Dentro de esta zona sobresalen la Iglesia Anglicana, el Club Inglés, el antiguo Hotel Metropole y un establecimiento en el que estuvo alojada Agatha Christie: el Hotel Santa Catalina, construido en 1882 y del que son famosos sus jardines.

Junto al Hotel Santa Catalina se encuentra el Pueblo Canario, declarado Bien de Interés Cultural en el año 2013, donde se ubican también el Museo Néstor y la Ermita de Santa Catalina, así como un bodegón y diversas tiendas de artesanía

Ciudad Jardín guarda otro de esos rincones para descubrir en Las Palmas: el Parque Doramas. Su superficie ocupa 47 800 metros cuadrados, en el que podrás disfrutar de numerosos ejemplares de flora canaria, como ficus, palmeras y dragos, entre otros, además de fuentes y cascadas que convierten el lugar en un oasis.

Si hay una playa urbana que destaca por encima de las demás es la playa de las Canteras. Con más de dos kilómetros de longitud, arena dorada y todos los servicios posibles a lo largo de su hermoso paseo, se ha convertido en uno de los arenales más famosos de Europa. Su nombre se relaciona con La Barra, un accidente natural constituido por rocas y deposiciones calcáreas que se extienden de forma paralela a la orilla, lo que provoca que funcione como un dique de abrigo. Antes se denominaba la playa del Arrecife, pero cuando esas rocas comenzaron a explotarse como cantera, adoptó el nombre con la que hoy la conocemos.