Trucos para no estropear tus vacaciones

Si vas a un destino turístico de esos en los que, con total seguridad, te vas a encontrar colas de espera interminables para visitar los monumentos más emblemáticos, vale la pena ser previsor y comprar las entradas con antelación antes de partir. Aprovechar las ventajas que nos ofrecen los sitios que cuentan con la posibilidad de adquirirlas online, a través de sus páginas webs, contribuirá a que no desperdicies tu tiempo en una cola que acrecentará tu estrés y desmerecerá en tu ánimo el increíble lugar que te dispones a visitar.

Piénsalo bien si vas cargar las maletas con un montón de ropa, todo tipo de aparatos y un neceser repleto, que lo único que provocarán serán agobios y molestias por tener que andar arrastrando peso de aquí para allá, distribuido en varios bultos, con cosas que, a lo mejor, ni siquiera vas a utilizar; ya no hablemos si, aún encima, te pierden el equipaje. De seguro, tu viaje comenzará con un drama. Tómate unos minutos unos días antes y planifica con cabeza cómo llenar la maleta de la forma más práctica posible.

En la medida de tus posibilidades, no te la juegues demasiado. A veces elegir el vuelo más barato con horarios intempestivos o realizar infinidad de enlaces sin tener en cuenta que los elegidos te van a hacer desperdiciar decenas de horas en los aeropuertos, cuando no perdiéndolo si el tiempo es justísimo para abandonar un vuelo y tomar otro, contribuye a iniciar con mal pie, agotado y estresado, cualquiera de nuestros viajes.

Lo mejor será que evalúes cada una de las opciones, en relación con los riesgos, de aquellos destinos que te atraigan, para invertir acertadamente el presupuesto del que dispongas, antes de decidir echar a suertes tus días de vacaciones.

Cuando elijas tu alojamiento no olvides calcular a qué distancia estás del centro de la ciudad o del principal objetivo de tu destino. Puede que te hayas ahorrado un buen montante económico con esas habitaciones, pero ¿cuánto tiempo y dinero vas a gastar en los desplazamientos? Echa cuentas y decide el lugar que más se ajusta a tu tranquilidad y a tu bolsillo para no estropear tus vacaciones.

Cada vez que viajamos, anhelamos ver tantas cosas que o bien podemos caer víctimas del estrés y no disfrutar como merecíamos, o bien podemos pasar de largo por al lado de sitios increíbles sin ni siquiera enterarnos.

Lo mejor será aprovechar el destino escogido para el viaje. No pretendas conocer medio país y pasarte la mayoría del tiempo desplazándote. Investiga un poco. Averigua el entorno cercano. Seguro que descubres planes y lugares que, sin estar alejados de tu principal destino o inmersos precisamente en él, te permitirán sacarle más partido a cada uno de los días que tengas la fortuna de disfrutar.

Este es uno de esos consejos que no todo el mundo puede cumplir a rajatabla por motivos laborales, pero que siempre existe la posibilidad de gestionar en alguna medida. En caso de que seas de los afortunados cuyas vacaciones les permiten desconectar por completo del trabajo, lo ideal será que te olvides absolutamente del correo electrónico. Y si te resulta imposible hacerlo, organízate con antelación para poder ignorarlo durante unos días, a menos que surja algo de extrema urgencia. Valdrá la pena.

Estar de vacaciones no significa que estés obligado a sucumbir a los excesos. Degustar la gastronomía local es imprescindible para sumergirse de lleno en una región y conocer su cultura, pero no por ello has de olvidar por completo tus hábitos alimenticios y atiborrarte sin sentido de todo aquello a lo que no estás acostumbrado o que sabes que te sienta mal. Lo mejor en estos casos es la mesura. Disfruta de la comida pero no te excedas. Gozarás del viaje más plenamente y tu salud te lo agradecerá.

Ciertamente, esto tampoco está al alcance de cualquiera. No obstante, vale la pena escoger bien nuestros destinos en función de la temporada en la que disfrutamos nuestras vacaciones. Determinados lugares en meses como julio o agosto están completamente abarrotados de gente; de manera que, si decidimos convertirlos en nuestro objetivo, debemos ser conscientes de ello y mentalizarnos para no llevarnos luego grandes decepciones y estrés, lamentándonos de que, de haberlo sabido antes, habríamos elegido otro sitio.

El mundo está lleno de lugares maravillosos. Más lejos o más cerca, todos guardan rincones que vale la pena conocer. Solo necesitamos abrir los ojos, meter un par de cosas en la mochila e ir a descubrirlos por nosotros mismos sin reparos ni prejuicios. Dejémonos sorprender.