Bosques gallegos donde disfrutar del otoño

Entre los ayuntamientos de Carballo, Cerceda y Tordoia, en la provincia de A Coruña, se extiende la Ribeira da Pena, un bosque autóctono de gran importancia en la Costa da Morte, al lado del río Abeleira, en el que descubrir molinos abandonados, el castro de Aldemunde, en Aldemunde de Abaixo, y acercarse a visitar el dolmen de A Pedra Moura.

Robles centenarios, sauces, fresnos y alisos forman el bosque da Fervenza, en el curso del río Miño. Se trata de un bosque de inundación, uno de los más importantes del país, en el que cada año las aguas del Miño anegan su suelo, y los árboles nadan en su corriente.

El ecosistema en el que se incluye el bosque da Fervenza está catalogado como Reserva de la Biosfera, y entre sus numerosas sendas, diversos caminos lo comunican con la ciudad de Lugo a través de unos 15 kilómetros que vale la pena recorrer.

En Vigo podemos disfrutar de un bosque encantador a la par que hacer un sendero circular muy interesante, conocido como «Roteiro etnográfico de Zamáns». Se encuentra cerca de la ciudad olívica, y en sus inmediaciones se localiza el embalse. Podrás conocer sus cinco molinos restaurados, descansar bajo los castaños de este bosque atlántico y descubrir la fervenza da Freixa.

En la comarca de As Terras de Trives, en el ayuntamiento de Manzaneda (Ourense), se encuentra el Souto de Rozavales. En medio de este hermoso bosque de castaños centenarios destaca el ejemplar conocido como el castaño de Pumbariños (castiñeiro de Pumbariños), que posee un perímetro de más 12 metros, y que está incluido en el Catálogo de Árbores Senlleiras de Galicia (catálogo de árboles singulares de Galicia).

Fue el primer árbol catalogado como Monumento Natural en la comunidad, en 1995, y tal calificación se extendió a todo el souto cinco años después. Se cree que el castaño de Pumbariños fue plantado en época romana.

La más famosa de todas las devesas de Galicia es la devesa da Rogueira, en la sierra de O Courel (Lugo), que se extiende a través de 30 kilómetros cuadrados de gran riqueza natural y paisajística. La ruta de senderismo a realizar en esta joya de la naturaleza es uno de los mejores planes si nos gusta disfrutar de ella y adoramos las caminatas durante una jornada otoñal.

En el sureste gallego no debemos perdernos los soutos de Orriós, en la zona conocida como País de Ríos, y que está formada por el ayuntamiento de Ríos y parte de los de Vilardevós y Castrelo do Val.

Ubicada en la cuenca del río Mente, en esta zona te aguardarán los castaños, los pinos, las encinas, los alcornoques, los sauces, los alisos y los fresnos, además de la importancia ornitológica que posee, por las especies que en él habitan, como la aguililla calzada, el búho real, el pico menor, el torcecuello euroasiático y el colirrojo real.

El espectacular Teixedal de Casaio, en el ayuntamiento de Carballeda de Valdeorras (Ourense), no defrauda en ningún momento, y si lo visitas con la luz del otoño el encanto del entorno está asegurado. Este es el conjunto de tejos que mayor importancia en todo el continente europeo; de hecho constituye una de esas nueve maravillas naturales que solo puedes ver en Galicia.

Otro rincón mágico lo encontramos en el ayuntamiento de Mazaricos, en la parroquia de Santa Baia de Chacín. La Devesa de Chacín guarda en su interior algunos parajes fascinantes, entre los que destacan sus cascadas, que encantarán a los que les guste hacer buenas fotografías.

Estos son solo algunos ejemplos de los muchos que nos ofrece Galicia, porque estemos en donde estemos en esta tierra, tenemos la suerte de encontrar en nuestras cercanías ríos y bosques más o menos frondosos donde disfrutar de un mágico otoño.

Entre los ayuntamientos de Carballo, Cerceda y Tordoia, en la provincia de A Coruña, se extiende la Ribeira da Pena, un bosque autóctono de gran importancia en la Costa da Morte, al lado del río Abeleira, en el que descubrir molinos abandonados, el castro de Aldemunde, en Aldemunde de Abaixo, y acercarse a visitar el dolmen de A Pedra Moura.

Robles centenarios, sauces, fresnos y alisos forman el bosque da Fervenza, en el curso del río Miño. Se trata de un bosque de inundación, uno de los más importantes del país, en el que cada año las aguas del Miño anegan su suelo, y los árboles nadan en su corriente.

El ecosistema en el que se incluye el bosque da Fervenza está catalogado como Reserva de la Biosfera, y entre sus numerosas sendas, diversos caminos lo comunican con la ciudad de Lugo a través de unos 15 kilómetros que vale la pena recorrer.

En Vigo podemos disfrutar de un bosque encantador a la par que hacer un sendero circular muy interesante, conocido como «Roteiro etnográfico de Zamáns». Se encuentra cerca de la ciudad olívica, y en sus inmediaciones se localiza el embalse. Podrás conocer sus cinco molinos restaurados, descansar bajo los castaños de este bosque atlántico y descubrir la fervenza da Freixa.

En la comarca de As Terras de Trives, en el ayuntamiento de Manzaneda (Ourense), se encuentra el Souto de Rozavales. En medio de este hermoso bosque de castaños centenarios destaca el ejemplar conocido como el castaño de Pumbariños (castiñeiro de Pumbariños), que posee un perímetro de más 12 metros, y que está incluido en el Catálogo de Árbores Senlleiras de Galicia (catálogo de árboles singulares de Galicia).

Fue el primer árbol catalogado como Monumento Natural en la comunidad, en 1995, y tal calificación se extendió a todo el souto cinco años después. Se cree que el castaño de Pumbariños fue plantado en época romana.

La más famosa de todas las devesas de Galicia es la devesa da Rogueira, en la sierra de O Courel (Lugo), que se extiende a través de 30 kilómetros cuadrados de gran riqueza natural y paisajística. La ruta de senderismo a realizar en esta joya de la naturaleza es uno de los mejores planes si nos gusta disfrutar de ella y adoramos las caminatas durante una jornada otoñal.

En el sureste gallego no debemos perdernos los soutos de Orriós, en la zona conocida como País de Ríos, y que está formada por el ayuntamiento de Ríos y parte de los de Vilardevós y Castrelo do Val.

Ubicada en la cuenca del río Mente, en esta zona te aguardarán los castaños, los pinos, las encinas, los alcornoques, los sauces, los alisos y los fresnos, además de la importancia ornitológica que posee, por las especies que en él habitan, como la aguililla calzada, el búho real, el pico menor, el torcecuello euroasiático y el colirrojo real.

El espectacular Teixedal de Casaio, en el ayuntamiento de Carballeda de Valdeorras (Ourense), no defrauda en ningún momento, y si lo visitas con la luz del otoño el encanto del entorno está asegurado. Este es el conjunto de tejos que mayor importancia en todo el continente europeo; de hecho constituye una de esas nueve maravillas naturales que solo puedes ver en Galicia.

Otro rincón mágico lo encontramos en el ayuntamiento de Mazaricos, en la parroquia de Santa Baia de Chacín. La Devesa de Chacín guarda en su interior algunos parajes fascinantes, entre los que destacan sus cascadas, que encantarán a los que les guste hacer buenas fotografías.

Estos son solo algunos ejemplos de los muchos que nos ofrece Galicia, porque estemos en donde estemos en esta tierra, tenemos la suerte de encontrar en nuestras cercanías ríos y bosques más o menos frondosos donde disfrutar de un mágico otoño.