Diez cosas que debes saber para preparar tu viaje a Nueva Zelanda

Nueva Zelanda es uno de esos países que ve amanecer antes que nadie. Se encuentra situado a 12 horas de la hora media del meridiano de Greenwich (HMG), y cada septiembre se cambia el horario de verano, adelantando los relojes una hora (HMG +13), que vuelve a retrasarse en el mes de abril.

La unidad de moneda de Nueva Zelanda es el dólar neozelandés (NZ$). Cuentan con billetes de 5, 10, 20, 50 y 100 NZ$, monedas de 1 y 2 NZ$ y de 5, 10, 20, 50 centavos. Puede cambiarse la divisa en todo el mundo; pero es más ventajoso si lo haces allí, en bancos, algunos hoteles y aeropuertos internacionales del país. Es posible hacer el cálculo del valor de tu moneda a NZ$ en el conversos de divisas de newzealand.com.

Si por el contrario deseas viajar sin efectivo, puedes hacerlo tranquilo. Admiten las tarjetas de crédito más importantes, como Visa y MasterCard, seguidas por American Express y Diners Club.

El idioma principal del país es el inglés, aunque el maorí también está reconocido como lengua oficial, por lo que es frecuente que se hable una fusión de ambos por parte de la población maorí.

En Nueva Zelanda se conduce por el lado izquierdo. Se ha de tener en cuenta, además, que según a donde nos dirijamos podemos encontrar carreteras y caminos sin asfaltar de todo tipo, estrechos, montañosos y con curvas cerradas.

Gracias al Programa AA sobre Capacitación de Conducción para Visitantes, que se encuentra disponible online, los más decididos que ya saben que van a alquilar un coche para recorrer el país, pueden servirse de esta entretenida prueba de libre acceso para ver si están preparados para la experiencia.

Los enchufes que se utilizan en Nueva Zelanda son de tipo 1, con dos o tres clavijas, al igual que los que se usan en Australia. El suministro eléctrico es de 230/240 voltios y muchos alojamientos como pensiones u hoteles tienen una conexión de 110 voltios para máquinas de afeitar eléctricas, por ejemplo. Es recomendable, en su caso, que utilicemos un adaptador para su red eléctrica si no disponemos de aparatos compatibles.

Los teléfonos públicos que nos encontraremos en la visita funcionan con tarjetas que podemos comprar en quioscos. Algunos admiten también tarjetas de crédito. Curiosamente, muy pocos funcionan con monedas.

En cuanto a los teléfonos móviles, no olvidemos consultar a nuestra operadora sobre las tarifas de roaming para no llevarnos después una desagradable sorpresa.

Si viajamos desde Europa o desde Estados Unidos no necesitaremos ningún tipo de certificado de vacunación para entrar en el país. Eso sí, en caso de haber estado en algún sitio donde prolifere la fiebre amarilla, se nos exigirá una prueba de vacunación contra ella.

Una vez allí, se recomienda no sumergir la cabeza si nos bañamos en algunas picinas naturales de agua caliente, para evitar la meningitis por amebas y hervir siempre el agua cuando vayamos de acampada.

Asimismo, hay que ser especialmente precavido con los cambios meteorológicos. El tiempo es muy variable, por lo que han de tomarse todas las precauciones precisas para que un cambio brusco en una de nuestras excursiones o rutas de senderismo no nos ponga en riesgo.

En cuanto a la educación, las normas más básicas de cortesía que utilizamos para movernos por Occidente son suficientes. La gente es muy amigable y de trato cordial, los saludos se efectúan dándose la mano y la puntualidad es muy importante si queremos causar una buena impresión.

Al dejar atrás la Comunidad Europea, hemos de portar nuestro pasaporte. Los visitantes de determinados países como España, Francia, Alemania, Reino Unido, Irlanda, Canadá y Estados Unidos, entre otros, no necesitan visado para estancias que no superen los tres meses, basta con presentar el billete de ida y vuelta.

Además de ello, lo revisen o no, legalmente se exige la presentación de un aval que demuestre que uno cuenta con fondos para residir en el país durante el tiempo de su estancia, ya sea con efectivo, tarjetas de crédito, giros bancarios o cheques.

A la hora de entrar en Nueva Zelanda tenemos que tener claras las cosas que podemos llevar y las que están completamente prohibidas. De tal forma, no tendremos problema en cargar con efectos personales, que incluyen ordenadores, cochecitos de bebé, sillas de ruedas, prismáticos, etc.; así como alcohol y tabaco. Hemos de tener en cuenta que, en este último caso, se establecen cantidades limitadas, siempre que seas mayor de 17 años. Si dudas, lo mejor es declarar cualquier objeto para que nos emitan la autorización pertinente.

Para estar seguros sobre todos los productos que no nos van a permitir entrar y se van a quedar en la aduana, es recomendable consultar la lista oficial del gobierno de Nueva Zelanda, donde veremos que pesa prohibición sobre numerosos objetos como medicamentos, comida, juguetes infantiles, etc.

Por último, en cuanto los animales, está prohibida la entrada de las siguientes razas de perros en el país: pitbull terrier americano, fila brasileño, dogo argentino, tosa japonés y el perro de presa canario. El resto de animales deberá pasar un periodo de cuarentena, de lo que podremos informarnos en la misma página del gobierno anteriormente indicada.

Esperamos que, con todos estos datos, os resulte más sencillo organizar un fabuloso y exitoso viaje a Nueva Zelanda.