Las cascadas más espectaculares del planeta

Comenzamos nuestra selección con el salto de agua más alto del mundo. El Salto del Ángel, cuya altura es de 979 metros, se encuentra en el Parque Nacional de Canaima, situado en el estado de Bolívar (Venezuela) y declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994. El nombre de este famoso salto procede del piloto Jimmie Angel, quien lo sobrevoló con su avioneta en 1937 y aterrizó accidentalmente en la cima.

Con 705 metros de altura, en Nesset, Møre og Romsdal, Noruega, se encuentra una de las cascadas más bellas de Europa: Mardalsfossen, cuya espectacularidad procede de los escalones que forman las caídas de agua que la componen.

En el Parque Nacional Kaieteur (Guyana) se localizan unas cataratas cinco veces más altas que las del Niágara, aunque no sean tan conocidas. Las cataratas Kaieteur o Salto Kaiteur cuentan con una caída libre que alcanza los 226 metros.

Si hay unas cascadas espectaculares en Marruecos esas son, sin duda, las cascadas de Ouzoud. Se encuentran en el pueblo de Tanaghmeilt, en la provincia de Azilal, y su altura ronda los 110 metros. Su nombre, que significa «oliva» en bereber, proviene de los olivos que se encuentran a cada lado del camino que conduce hasta ellas, y en poco tiempo se han convertido en uno de los principales focos turísticos de la región.

Un paraíso como Islandia cuenta con diversas cascadas en cualquier lista que se precie. Una de las más grandes del país es Skógafoss, con 25 metros de anchura y 60 metros de altura. Dice la leyenda que el primer vikingo que habitó estas tierras escondió un tesoro en una cueva detrás de la cascada, y que un joven lo encontró muchos años después, aunque solo consiguió hacerse con una de las asas del cofre, pues desapareció bajo las aguas.

Una de las cascadas más espectaculares de Chile es el Salto del Laja o Saltos del Laja, en la región del Biobío. Este lugar que se ha convertido en un destino turístico fundamental del país resulta fácilmente visitable, pues a su alrededor se organizan numerosas actividades de aventura y se encuentran todo tipo de alojamientos que lo convierten en un destino idílico.

El río Zambeze da origen a las cataratas más famosas de África: las cataratas Victoria, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1989. Ubicadas en la frontera que separa Zambia y Zimbabue, y parte del Parque Nacional de Mosi-oa-Tunya y el Parque Nacional de las Cataratas Victoria, con casi un par de kilómetros de ancho y 108 metros de alto, fue el explorador David Livingstone, a mediados del XIX, quien las bautizó con el nombre que las conocemos, en honor a la reina Victoria. El nombre original es Mosi-oa-Tunya, que significa «el humo que truena».

De nuevo en Islandia, es inevitable mencionar la espectacular Gullfoss, cuyo significado en islandés es «la cascada dorada»; de hecho, forma parte del famoso trayecto que se conoce como el Círculo Dorado. El río Hvitá da lugar a Gullfoss con dos saltos que caen en una grieta de 32 metros de profundidad que se extiende por más de 2 kilómetros de largo.

Seguramente, las cataratas del Niágara (Niagara Falls) sean las más famosas del planeta. Forman parte ya no solo de los recuerdos personales de muchos turistas, sino de la memoria cinematográfica de todo el mundo. Situadas en la frontera entre Estados Unidos y Canadá, cuentan con 1000 metros de anchura y 54 metros de caída, y los saltos de uno y otro país están separados por la isla de la Cabra (Goat Island).

Las cataratas del Iguazú se encuentran entre Misiones (Argentina) y Paraná (Brasil), formando parte del argentino Parque Nacional Iguazú y del brasileño Parque Nacional do Iguaçu. Son una de las «Siete maravillas naturales del mundo» y están compuestas por alrededor de 275 saltos, siendo el más famoso de todos ellos la Garganta del Diablo. A nivel mundial se las considera las más espectaculares de todo el planeta y se recomienda visitarlas por completo, pues como dice un dicho popular «desde Brasil se ven las cataratas, y desde Argentina se viven».