Los diez pueblos más hermosos de la Provenza

Con menos de 2.000 habitantes, Gordes es uno de los pueblos más típicos y hermosos de la Provenza. Rodeado de campos de lavanda y construido sobre un promontorio, en esta antigua aldea fortificada todavía es posible caminar por sus empedradas calles y visitar su castillo. Incluido en la red de Los pueblos más bellos de Francia (Les Plus Beaux Villages de France) aquí no dejes de visitar la iglesia y el castillo de Gordes, y aprovechar para acercarte hasta la abadía de Senanque y el vecino pueblo de Bories, a unos cuatro kilómetros de distancia.

A 485 metros sobre el nivel del mar, en el departamento de los Alpes de Alta Provenza, Sisteron es otro de los pueblos más hermosos de la región. Su casco antiguo, su ciudadela y sus callejuelas y plazas configuran un conjunto de gran belleza.

En Sisteron se localizan interesantes museos, como el Museo del Explorador, el Museo de los Fósiles, el Museo Gallo-Romano, el Ecomuseo de la Región de Sisteron y el Museo de la Tierra y del Tiempo, en el que se inicia la Ruta del Tiempo, un trayecto que recorre la Reserva Geológica de Alta Provenza, la de mayor tamaño de toda Europa.

Este es otro de los pueblos más hermosos de Francia, no solo de la Provenza. Moustiers-Sainte-Marie es famoso por sus tiendas de cerámica, sus elegantes edificios civiles y por la capilla de Nuestra Señora de Beauvoir, a la que se llega a través de un via crucis con 262 peldaños, y desde la que se contemplan alguna de las vistas más bonitas de la región. Esta localidad de menos de 1.000 habitantes también se encuentra incluida en la ruta de Los pueblos más bonitos de Francia (Les Plus Beaux Villages de France).

Entre Antibes y Niza, en la Costa Azul, se encuentra Saint-Paul-de-Vence, uno de los pueblos más bellos del país francés. Construido sobre una colina, constituyó el destino predilecto de artistas como Matisse, Renoir y Miró, y en la actualidad acoge a muchos pintores y escultores.

Saint-Paul-de-Vence todavía conserva la muralla del siglo XVI, el Torreón (s. XII-XIV), La Iglesia de Saint-Paul, la Iglesia de los Penitentes Blancos, la capilla de Notre Dame des Gardettes y su casco antiguo, con la Plaza de la Grande Fontaine, donde se celebraba el mercado. Desde el cementerio de la localidad, también se contemplan algunas de las vistas más hermosas de la región.

Situado en el Parque Natural de los Alpilles, en el departamento de Bocas del Ródano, el pueblo Les Baux-de-Provence, se alza junto a las ruinas de su ciudadela, y conserva numerosas casas renacentistas restauradas. No dejes de contemplar las vistas de la Provenza desde la iglesia de Saint-Vincent, visitar el Museo de Santon, el Museo de Historia y Arqueología y la Fundación Louis Jou.

Con menos de 1.000 habitantes, el pueblo medieval de Séguret constituye una auténtica postal provenzal entre montañas, colinas y viñedos. Situado en el departamento de Vaucluse, la puerta Reynier, la iglesia de Saint Denis, calles como la de Poternes y la fuente de Mascarons son algunos de los puntos de obligada visita.

En la Costa Azul, a medio camino entre Niza y Cannes, se alza Tourrettes-sur-Loup, otro pueblo medieval, conocido como la Ciudad de las Violetas. Es el único lugar de Francia dedicado principalmente al cultivo de esta flor desde el siglo XIX, gracias a su suave clima. De hecho, aquí se encuentra el Museo de la Violeta (La Bastide aux violettes), donde se cuenta la historia de la localidad y se explican los métodos de cultivo de la flor, además de visitarse invernaderos y jardines.

El Château des Villeneuve, la iglesia St. Grégoire, la Capilla de Saint Jean, el acueducto del Molino y las Gargantas del Río Loup (Les Gorges du Loup) son algunas de las paradas que no te puedes perder.

También con menos de 10.000 habitantes, y considerado uno de los pueblos más hermosos de Francia, Bormes-les-Mimosas decora su entorno medieval con casi un centenar de variedades de mimosas, así como con centenares de especies vegetales. De hecho, en esta localidad del departamento de Var se inicia la Ruta de la Mimosa, que se extiende a lo largo de un recorrido de 130 kilómetros en la Costa Azul. Aquí no dejes de visitar el Museo del Arte y la Historia, y acercarte a la playa de Cabasson y la fortaleza de Brégançon, a 10 kilómetros del pueblo.

A 30 kilómetros de Montecarlo, en el departamento de Alpes Marítimos, se localiza Peillon, un bello pueblo de montaña en el que podrás visitar sus antiguas callejuelas, la iglesia parroquial de Saint Sauveur del siglo XVI, la capilla de los Penitentes Blancos, el Museo del Patrimonio Ferroviario Flaminius Raiberti en la estación de Peillon y la Casa de la Fuente de La Comtesse.

En el departamento de Vaucluse, se encuentra Ansouis. Destacan en este hermoso pueblo, además de su castillo y antiguas murallas, las casas de los siglos XV y XVII, el museo Georges Mazoyer y el Museo de Artes y Oficios del Vino en el Chateau Turcan.