Visitas imprescindibles en el norte de Portugal

Portugal esconde mil tesoros que descubrir a través de un territorio tan rico como diverso. Si decides añadir a tu lista de sitios pendientes por conocer el norte del país vecino, te sugerimos las visitas imprescindibles que no debes perderte


Portugal esconde mil tesoros que descubrir a través de un territorio tan rico como diverso. Su zona norte, con las regiones del Minho y Trás-os-Montes, fronterizas con las provincias de Pontevedra y Ourense, son un destino cercano y accesible para todos los viajeros.

Aquellos que desconocen en gran medida esa parte del país vecino quedan gratamente sorprendidos ante su patrimonio histórico y natural, además de la amabilidad de sus gentes, que te hacen sentir como en casa. Si decides añadir a tu lista de sitios pendientes el norte de Portugal, te sugerimos las visitas imprescindibles que no debes perderte.

1 Valença do Minho

Este destino es todo un clásico, tanto que, en ocasiones, parece que resulta difícil encontrar a algún gallego que no haya ido alguna vez en la vida a Valença do Minho. El famoso mercadillo que se organiza en esta localidad, en la que destacan sus bastiones, ha provocado que muchos lo llamen la Fortaleza de las Compras. Recorrer este pequeño pueblo y las históricas fortalezas resulta una parada obligada.

2 Viana do Castelo

Viana do Castelo es otra de las paradas emblemáticas del norte del país vecino. En esta ciudad, sobre el estuario del río Lima, podemos recorrer su centro histórico y acercarnos al Monte de Santa Luzia, desde el que se puede contemplar un paisaje excepcional, con el Santuario de Santa Luzia y la Citânia de Santa Luzia, que lo han convertido en una visita imprescindible.

Por otro lado, si queremos disfrutar de la playa, Viana do Castelo presume de tener una de las más fabulosas del Minho: la Praia do Cabedelo, aunque toda la costa está llena de estupendos arenales.

3 Ponte de Lima

Ponte de Lima es una de las visitas más recomendadas. Conocer este lugar a orillas del río Lima es caer presa de su encanto. Los romanos creyeron que este era el Leteo, aquel río que si se cruzaba hacía perder la memoria. Fue Décimo Junio Bruto quien lo atravesó y, desde el otro lado, llamó a sus legionarios por sus nombres, para demostrarles que era mentira. Dicen que el lugar en el que ahora se levanta la Ponte Romana fue el punto exacto por donde cruzaron.

Si paseamos por sus calles apacibles y bien cuidadas, podremos recorrer su casco histórico, repleto de edificios destacados, y cruzar el puente hasta Arcozelo para descubrir el Parque de Arnado.

4 Parque Nacional da Peneda-Gerês

En 1971, se fundó el primer parque nacional de Portugal: Peneda- Gerês. A través de sus 703 kilómetros cuadrados de extensión, sus picos, sus valles, sus robledales, ríos y grandes embalses, este ecosistema es un paraíso para los excursionistas y todos los amantes de la naturaleza. En esta maravilla todavía resiste fauna salvaje como lobos, tejones, mofetas, nutrias, azores y ponis, además de ejemplares de ganado autóctono.

El parque comparte unos ochenta kilómetros de frontera con España. Así, se une gracias a un recorrido inolvidable con el Parque Natural Baixa Limia Serra do Xurés, de la provincia de Ourense. Si todo esto nos parece poco, debemos saber que, entre sus numerosos senderos, podemos recorrer una de las antiguas vías romanas que más miliarios conserva.

 

 

5 Braga

Braga, la hermosa ciudad fundada por los celtas y a la que los romanos hicieron florecer allá por el año 250 a. C., con el nombre de Bracara Augusta, capital de la provincia de la Gallaecia, es una de las más bellas ciudades del norte del país.

Se la conoce como la Roma de Portugal por las numerosas iglesias barrocas que se encuentran en sus calles, además de conservar la catedral portuguesa más antigua, del siglo XII. Sus edificios históricos, sus museos y la cercana iglesia neoclásica de Bom Jesus, con su espectacular escalera barroca, hacen de Braga un destino inolvidable.

6 Citânia de Briteiros

Si hay un complejo arqueológico fascinante en el norte de Portugal, este es Citânia de Briteiros. Se encuentra a quince kilómetros de Guimarães y se comenzó a excavar a finales del siglo XIX. En la actualidad, su buena conservación y gestión permiten recorrer toda la citania de un modo que no deja indiferente a nadie. Para aquellos que no puedan desplazarse, han de saber que es posible realizar una visita virtual a través de su página web.

7 Palácio de Mateus

Este famoso palacio del siglo XVIII es una de las obras cumbres del barroco portugués. El Palácio de Mateus, que decora las botellas de vino del mismo nombre, se encuentra a poco más de tres kilómetros de Vila Real. Si visitamos su interior, conoceremos la biblioteca en en la que se guardan libros del siglo XVI y un pequeño museo donde se expone una de las primeras ediciones de Os Lusíadas de Luis de Camões.

8 Parque Natural do Alvão

El Parque Natural do Alvão, cerca de Vila Real, es uno de los tres que se encuentran en la provincia de Trás-os-Montes. Aunque es el de menor tamaño de todos ellos, sus escarpadas montañas y los pueblos que las salpican lo convierten en uno de los más hermosos. Son conocidos, sobre todo, por la cascada de Fisgas de Ermelo.

9 Chaves

Con el impresionante puente que cruza el río Támega, construido por orden del emperador Trajano, no queda ninguna duda de que los romanos se establecieron en esta llanura portuguesa. La ciudad de Chaves conserva un interesante casco histórico, cercano a las fuentes termales que han dado más fama a la localidad, convirtiéndola en un destino ideal para el descanso.

10 Bragança

Bragança contó con pésimas comunicaciones terrestres hasta finales del siglo XX. Como contrapartida, este lugar conservó ese aire de histórico romanticismo que todavía se respira en su ciudadela, en el ayuntamiento más antiguo de Portugal (Domus Municipalis) y las distintas iglesias de interés que la pueblan.

Perderse por sus laberínticas calles es otra de esas experiencias imprescindibles para cualquier viajero, que podrá convertir su estancia en un centro ideal para escaparse a conocer el cercano Parque Natural de Montesinho.

11 Miranda do Douro

Si descendemos un poco más en la ruta por el norte de Portugal, no podemos dejar de visitar Miranda do Douro. En lo alto del cañón del río Duero, que sirve de frontera con España, se encuentra una ciudad repleta de belleza e historia en la que es posible recorrer su ciudad vieja y los restos del castillo y las murallas, así como realizar algún que otro crucero fluvial para quedarnos con el mejor sabor de boca.

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