Casas Indianas: Nueve lugares para descubrir el pasado emigrante de Galicia
Galicia
Desde Ares hasta Ribadeo, las casas indianas recuerdan a los gallegos retornados que hicieron fortuna en América. Hoy los recorremos para que no te pierdas ninguno de ellos.
25 Jul 2020. Actualizado a las 21:17 h.
La emigración de millones de gallegos, que jamás olvidaron su tierra, provocó que muchos de ellos retornaran después de haber hecho fortuna. Aquellos que volvieron y regresaron siendo ricos, después de haber hecho las Américas, son conocidospopularmente como «indianos».
Los indianos construyeron viviendas por toda la tierra gallega, con las que se imitaba la vanguardia arquitectónica de ciudades como Buenos Aires, La Habana o París. Muchas de ellas todavía se conservan a lo largo de la costa norte de Galicia, y atraen las miradas de vecinos y viajeros. El proyecto Galicia Norte, Mares de Experiencias acaba de reunir una síntesis de estas villas costeras en las que mejor se conservan las casas indianas. A través de ellas, recorremos nueve lugares para descubrir el pasado emigrante de Galicia.
Redes
Redes, uno de los pueblos más pintorescos y encantadores del ayuntamiento de Ares (A Coruña), es nuestra primera parada. Este lugar que enamoró a Pedro Almodóvar, quien rodó aquí su película Julieta, cuenta con una de las joyas de la corona en lo que se refiere a casas indianas: la Casa Santa Amalia. Este edificio, construido en 1919, y el más grande de su entorno, fue el centro de reunión y fiestas de la burguesía coruñesa, hasta que sus dueños dilapidaron su fortuna. En la actualidad, se encuentra rehabilitada gracias a su propietario.
Mugardos
Fueron numerosos los emigrantes que retornaron de América habiendo hecho fortuna al ayuntamiento de Mugardos. Tanto es así que aquí es posible admirar viviendas de estilo alpino como el Chalé de Esperante o la casa situada en la calle Casteleiro, que su propietario nunca vio terminada. De igual modo, destaca el edificio de estilo modernista del Casino Progreso de Franza (1927) y la Institución Escolar Franza y Seijo, la cual levantaron los retornados de La Habana en el año 1921.
Fene
La siguiente parada es Fene (A Coruña), una localidad que sufrió una masiva emigración de sus vecinos y que tuvo su reflejo en las numerosas escuelas en la zona promovidas por los indianos. Aunque si destaca algo del pasado indiano fenés, entre el paisaje rural e industrial de este ayuntamiento, es el mirador de la Casa de la Maleta (1921-1925), que domina la ría de Ferrol desde una localización privilegiada. Sobre este mirador se encuentra una figura de un emigrante con una gabardina bajo el brazo y una maleta, la cual sostiene en su mano derecha un faro para guiar a todos los emigrantes.
Neda
En la villa de Neda (A Coruña), al pasar por la avenida de Algeciras, hay que detenerse para contemplar la galería de la Casa de las Palmeras, cuyo nombre proviene de las enormes palmeras que la flanquean y que aportan ese toque exótico tan característico de las viviendas indianas. Este edificio cuidadosamente restaurado es centro, en la actualidad, de la vida cultural y social del municipio.
Narón
Dejamos atrás Neda para adentrarnos en Narón (A Coruña), donde hay decenas de palacios y casonas que incluso han dado nombre a una ruta turística específica, como el chalé de Cabezas.
Entre todas las construcciones más admiradas en este municipio, sobresale el chalé que la familia San Román levantó a principios del siglo XX, y que ha constituido un referente de las viviendas indianas de Galicia. Fue en esta casa donde primero se degustaron, en toda la comunidad gallega, frutas de árboles exóticas como el caqui o el granado. Además de disfrutar de la belleza arquitectónica de este edificio, también es posible contemplar las espectaculares vistas de la ría y de Xuvia desde su singular minarete.
Valdoviño
En la carretera que une Valdoviño con Cedeira, se encuentra la Casa Joselito, una vivienda privada, del primer tercio del siglo XX, que fue levantada con un plano en forma de H. Esta casa indiana de grandes dimensiones cuenta con una escalera de doble vertiente en su entrada principal, y desde su ubicación pueden apreciarse unas hermosas vistas a la playa de A Frouxeira, el enorme arenal de Valdoviño que se abre majestuoso al océano Atlántico.
Ortigueira
Ortigueira (A Coruña) atesora gran cantidad de casas indianas, que responden a nombres como Mariló, Dionisio, Charo, Manolo o Maruja, concentradas, sobre todo, en las parroquias de San Andrés de Veiga y San Claudio. No obstante, si nos centramos en el núcleo urbano del municipio, hay que destacar el edificio más fotografiado por los visitantes: la Casa de la Cordera (Casa da Cordeira). Con su diseño modernista, fue posada del literato Alberto Insúa y sede del Centro Artístico Ortigueirés. Su belleza y funcionalidad le han otorgado al pueblo marinero donde se ubica grandes dosis de elegancia y alegría.
Viveiro
El referente indiscutible de Viveiro (Lugo) como casa indiana es el Chalé do Fondón. Su propietario era el empresario textil Antonio Pernas, un gallego que amasó gran fortuna en Cuba y que incluso contrató a Salvador Dalí para diseñar varias series de corbatas. Poco disfrutó de su inmueble, pues falleció el mismo año en el que finalizó su construcción. Su torre lo hace inconfundible y cuenta con un embarcadero propio que da al río. Su interior fue premiado en la Exposición Universal de Barcelona celebrada en 1927.
Ribadeo
La última parada de esta ruta es la villa marinera de Ribadeo (Lugo), frontera natural con Asturias. En plena plaza de España, se alza la Torre de los Moreno, un edificio magnífico y ecléctico, que luce detalles modernistas. Este constituye un hito urbanístico que explica por qué Ribadeo es la capital indiana de Galicia, pues en ella se encuentran numerosos ejemplos de casas indianas. La calle de Rodríguez Murías y el barrio de San Roqueson los que concentran una mayor cantidad de ellas. Así podremos disfrutar de la contemplación de muchas otras viviendas ejemplo del pasado emigrante, como la Casa de Don Clemente, la Casa del Viejo Pancho o la Casa-Torre de Maseda.
Descubrir las villas del norte de Galicia a la que vez que contemplamos su pasado emigrante en la belleza y espectacularidad de estos edificios indianos resulta uno de esos planes perfectos para disfrutar de la historia, la naturaleza y la gastronomía de la tierra gallega.