La Mochila Roja

Atalayas del mar de Corme

Secretos de Galicia

iván antelo la voz /redacción

La ría de Corme y Laxe se muestra imponente a las vistas furtivas de los turistas a través de cinco primorosas elevaciones: O Roncudo, Monte Branco, Alto da Fernandiña, Monte Castelo y Alto das Penas

02 Jun 2019. Actualizado a las 18:01 h.

La ría de Corme y Laxe oculta varios de los mayores tesoros de Galicia. Las olas y el viento moldearon durante miles de años su escarpada costa, ofreciendo cobijo al mejor percebe del mundo. La desembocadura del imponente río Anllóns en Ponteceso, en forma de serpiente prehistórica, es otra delicia para los sentidos, formando un territorio dunar en su dirección hacia Corme, a los pies del Monte Branco.

Una maravilla tras otra se sucede, entre Punta Insua y O Roncudo, con parada intermedia en Cabana de Bergantiños, en donde son obligadas las paradas en el castro de Borneiro y el dolmen de Dombate, para conocer más sobre la vida de nuestros antepasados.

Solo hace falta subir a alguna de las atalayas que ofrece este paraíso para admirar estas maravillas, con un poco de perspectiva. Desde la cima sementada de eólicos de O Roncudo, queda a los pies del visitante un manto de cruces blancas, que sirven de homenaje a los muchos marineros y mariscadores fallecidos en su inmisericorde costa. Desde este punto, y tras pasar la magnífica playa de Balarés, el Monte Branco ofrece las mejores vistas del estuario del Anllóns.

Al Alto da Fernandiña, siguiente de los grandes miradores naturales de la zona, solo se puede llegar andando. Para alcanzar sus 365 metros de altura, lo más fácil es aparcar en el castro de Borneiro y recorrer a pie dos kilómetros por una pista de tierra ancha. Más sencillo resulta acceder al mirador de Monte Castelo, ya que se puede llegar por carretera a apenas medio kilómetros de la cima (320 metros). Este es uno de los lugares insignes del Camiño dos Faros.

Por último, y quizás el más desconocido de todos, cabe destacar el Alto das Penas, en Monte Serantes. La senda, de 3 kilómetros, une la pequeña aldea de Coéns (Laxe), cerca de la Lagoa da Mina, y la de A Fontefría (Cabana de Bergantiños). El Penón do Castelo, Penas Bastas y Pena Arada ofrecen grandes vistas de toda la ría.

 


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