El Cantábrico tiene su propio altar
A Mariña
Burela tiene un templo en el que no se ora. El mar esculpió los arcos de la Igrexia do Coedo, una «catedral» natural, enmarcada en un espacio de interés geológico a nivel internacional, un «geosite» a nivel científico
19 Feb 2019. Actualizado a las 16:06 h.
Una sucesión de pequeñas catedrais salpican el litoral de A Mariña. Pero irrepetible es el espacio donde el Cantábrico encuentra su altar. En la Igrexa de Coedo, en la costa de Burela, el mar guarda un gran tesoro, un espacio de interés geológico a nivel internacional. En este templo de piedra ni se ora ni se ofrenda. Aseguran los veteranos burelenses que se le bautizó popularmente con el nombre de iglesia por los bellos arcos esculpidos por el mar en un filón de cuarzo, a modo de cúpula, mientras que el término Coedo parece derivar de «coído», que define una pequeña ensenada con piedras que el mar fue redondeando. A este pequeño templo solo se llega en marea baja, cuando el Cantábrico se retira.
«Son as nosas Catedrais en pequeno», afirma Águeda Barcia Iravedra, precursora a la hora de divulgar este espacio por el que los burelenses sienten querencia y que la gente del mar siempre ha sabido valorar por su riqueza marina. Hace más de treinta años que Águeda comenzó a impartir clases prácticas de geología y biología a sus alumnos del IES Monte Castelo en esta área geológica. «Non había mellor sitio para explicar os pregues e para dar leccións de xeoloxía», rememora la docente, que fue ampliando conocimientos con contactos con geólogos que durante años visitaron la zona. La profesora destaca la belleza de la Igrexa de Coedo y la riqueza de flora y fauna que guarda una poza en su interior.
Sobre el interés y potencial geológico del espacio también incide Fran Canosa, geólogo y guía en las georrutas que organiza el Concello, principalmente en Semana Santa y en verano. El experto destaca en su blog que la Ruta do Perdouro permite descubrir «o conxunto de pregues mellor conservado de toda Galicia, unhas estruturas xeolóxicas de máis de 300 millóns de anos de antigüidade», además de los hermosos arcos rocosos, «a rasa cantábrica, superficie achaiada que comeza en Burela e se estende por boa parte do Cantábrico; ou o contacto co granito de San Cibrao na zona de Castrelo».
Al alto valor geológico y paisajístico de la zona se suma el potencial turístico. «Hai días que non temos prazas para que poidan asistir á ruta todas as persoas que o desexan, e hai moita xente que nos pregunta por elas incluso nas tempadas nas que non as ofrecemos. É recomendable visitar este espazo a través destas rutas, pola información e tamén por seguridade», reconoce el concejal de Turismo de Burela, Ramiro Fernández, satisfecho de haber contribuido en la promoción de estas visitas a través del Aula Medioambiental Gaia y de una iniciativa que cobró especial protagonismo con el proyecto Entre Arcos e Cantís, una idea compartida por los concellos de Ribadeo, Cedeira y Burela y subvencionada por el GALP A Mariña-Ortegal, para promocionar los recursos geoturísticos y naturales. «É unha das iniciativas das que máis orgullosos estamos. Pensamos que é moi interesante para descubrir en familia un espazo dunha gran beleza, único, ademais de ser un lugar no que se pode aprender sobre patrimonio xeolóxico e natural», matiza.